HERALDO DE ARAGÓN. 26 DE ABRIL 2020
DIÁLOGOS EN CAUTIVIDAD
Ángel
Guinda: “De aquí saldremos por la puerta de atrás o con los pies por delante”
El poeta, Premio de las Letras Aragonesas,
que publicará en bree 'Los deslumbramientos' 'Recapitulaciones', habla de
poesía, de la memoria y del virus
ACTUALIZADA 26/4/2020 A LAS 02:00
El
poeta Ángel Guinda lleva 34 años viviendo en Madrid. Ahora publica 'Los
deslumbramientos' y 'Recapitulaciones'. Enrique
Cidoncha.
Ángel Guinda (Zaragoza,
1948) ha estado en retiro forzoso en su casa por enfermedad y ha cultivado el
silencio y la calma, a la vez que iba al cine y trabajaba en dos poemarios que
conforman un único libro: 'Los deslumbramientos', seguido de
'Recapitulaciones', que aparecerá en breve en el sello Olifante. Sincero como
siempre, explica cómo vive la pandemia, cómo siente y cómo ve España.
¿Cómo está viviendo el coronavirus?
Con resignación y alevosía. Ronroneando
constantemente lo que decía mi abuelo Guinda en Uncastillo: “¡Qué preparo! ¡Vaya
panorama!”
¿Dónde le ha cogido y cuáles son sus
rutinas?
En Madrid, en casa. Aunque llevo así desde
hace muchos años, excepto en los buenos tiempos cuando iba al Moncayo, a
Valladolid o a contemplar el mar (Cantábrico y Mediterráneo.) Ahora, claro, no
salgo nada a la calle porque no me dejan. Estoy peripatético como aquellos
filósofos aristotélicos: camino por la terraza y voy de punta a punta del piso
mientras pienso. Leo biografías: ahora estoy enfrascado en la vida de la
pintora Tamara de Lempicka. Escucho continuamente sonatas, sinfonías y minuetos
de Beethoven.
¿Se ha reencontrado con algo, con alguien,
qué pensamientos le han pasado por la cabeza?
Todas las noches me levanto dos veces y, a
oscuras, por el pasillo, cada vez que rebaso una puerta entreabierta pienso que
me va a tocar una mano. La mano de mi padre. Paso miedo. Incluso me acuerdo del
peligro amarillo del que nos hablaban cuando éramos niños.
En cierto modo, por su enfermedad y por la
necesidad de descanso, ha estado recluido bastante tiempo. Sabíamos poco
de Ángel Guinda. ¿Qué ha pasado en su vida
durante esto año en que apenas le hemos visto?
Ha sucedido lo que vaticiné hace más de
tres décadas en un poema que comienza: “Me he fumado la vida /como el tiempo se
me ha fumado a mí.” Ha pasado la vida. Mucha meditación. Constantes revisiones
del proyecto poético en el que he trabajado a lo largo estos últimos seis años.
Durante 2019 he visto mucho buen cine actual de distintos países. Después de
cada sesión de quimio o de radio veía una película en la gran pantalla de los
cines Golem, Renoir, Princesa, Verdi…
Estaba escribiendo el
libro de su vida, o uno de ellos, jaja. ¿En qué momento estaría?
¿Cómo lo lleva? ¿Qué es exactamente?
"Durante 2019 he visto mucho buen
cine actual de distintos países. Después de cada sesión de quimio o de radio
veía una película en la gran pantalla de los cines Golem, Renoir, Princesa,
Verdi…"
He estado escribiendo el libro de la
existencia de cualquier ser humano: vida, salud, felicidad, amor, enfermedad,
vejez (“Envejecer es un catálogo de averías, un repertorio de reparaciones.”)
El libro está en encuadernación. Trinidad Ruiz Marcellán, mi editora, me
comunicó hace un mes que se presentaría en el Paraninfo de la Universidad de
Zaragoza el 21 de abril. Ya ves, el coronavirus forzó la cancelación del acto.
Recuerdo que el 23 de febrero de 1981, iba a presentar mi primer libro asumido
(‘Vida ávida’), pero un teniente coronel intentó un Golpe de Estado y por orden
gubernativa se prohibió el acto en el teatro Oasis. Cuando tengo que presentar
nuevo libro me pongo a temblar.
Cuando mira al balcón o desde el balcón,
¿qué ve, qué le conmueve? ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de los vecinos
o, por extensión, de los españoles?
Desde el largo balcón de casa, en la Plaza
Arturo Barea, veo a ambos lados de mí una legión de vecinos aplaudiendo y, a
pie de calle, seis sanitarios del Centro de Salud que tenemos enfrente
saludándonos cuando se retiran. Me ha sorprendido favorablemente la
espontaneidad de su gesto, su fervor y constancia.
¿Hay algo en lo que no cree demasiado, que
le suscita desconfianza o prevención?
En la realidad más real. En las promesas del
poder y más aún de la oposición, hoy más ilusa, arisca y mentirosa que nunca.
En la buena voluntad de algunos políticos, más inmaduros y menos preparados que
el pueblo. Unos y otros olvidan que el problema del Poder es no poder.
Un tema de debate nacional que hace pensar
otra vez en las dos Españas es la gestión de la crisis. ¿Qué le aplaude y le
reprocha al Gobierno de Pedro Sánchez?
Soy demócrata republicano. Respeto y me
alegra el gobierno de coalición que se formó tras las últimas elecciones. Le
aplaudo más que le reprocho. No es fácil gestionar inmediatamente la
eliminación de lo que llega de pronto, ataca por sorpresa y mata. Cuando la
Dictadura que padecimos todos íbamos contra el enemigo común. Ahora vemos
enemigos en los propios compañeros y amigos.
Ángel Guinda se ha dedicado en los últimos
años a la poesía y el pensamiento. Retrato que le hizo Josema Carrasco.Josema Carrasco.
Hace años, Ángel Petisme cantaba: “Ahí
vienen los bárbaros” ¿Ya han llegado y son invisibles?
Ha llegado, digamos, un dictador que
advierte de nuestros excesos y no tenemos aún las armas ni estrategias para
reducirlo. Me pregunto si ese dictador vírico se ha escapado de China o lo han
soltado con malas intenciones antipoblacionales para Asia y para muchos países.
"Esta es una época opaca, un tiempo
de siniestras competencias para conseguir hegemonías"
¿Cómo saldremos de esta?
Más recelosos del futuro. Saldremos por la
puerta de atrás o con los pies por delante.
Ha sido durante 40 años profesor de
literatura. ¿Qué les diría, qué les dice a los alumnos que nunca habían vivido
nada parecido?
Que estudien mucho y se preparen más, que
para ellos será. Cuanto más sepan menos podrán ser engañados ni manipulados y
mejores posibilidades laborales tendrán.
¿Considera como dicen algunos que este es
un tiempo apocalíptico, un castigo divino…?
Es una época opaca, un tiempo de
siniestras competencias para conseguir hegemonías.
Se habla mucho de la fragilidad del hombre
y de la sociedad. ¿Nunca hemos sido tan frágiles como grupo?
“Nos creemos colosos. / ¡Somos
insignificantes! / ¡Tenemos esta vida en alquiler!”
¿Cómo convive un poeta con la ciencia?
Son muchas las ciencias que conviven en
los poemas. Por ejemplo las Matemáticas: por el número de sílabas de los versos
que crean la musicalidad, la armonía, el ritmo. La geometría formal de esos
versos. La Física, la Química (el aire, el agua…), las Ciencias Naturales
(Geología, Botánica, que componen el paisaje), la Zoología, la Astronomía (“Es
necesario visitar el cielo”, decía el poeta uruguayo Ricardo Paseyro…
Es traductor, biógrafo, en mayor o menos
extensión, crítico literario… ¿Ha pensado en cómo las pandemias, las
maldiciones, las pestes o las reclusiones han afectado a los poetas, a los
escritores?
Bueno, esas adjudicaciones a mi
trayectoria son excesivas. Llevo años dedicado en exclusiva al pensamiento y a
la poesía. Fuerzas que han moldeado mi conocimiento, sensibilidad,
comportamientos y emociones.
El poeta era como un profeta, una voz que
tenía razones. ¿Ha perdido el poetasu condición de visionario? ¿Cuál es
su lugar ahora?
Tal vez hoy el poeta está excesivamente
ocupado en el conocimiento de lo inmediato, de lo no remoto. La invasión de la
realidad enturbia su capacidad visionaria. Pero, en su interior más profundo,
está muy interesado en el compromiso con la Belleza, la Verdad, la bondad, la
soledad, la solidaridad…
En este tiempo habrá pensado mucho.
Mirando hacia atrás, ¿qué cree que ha hecho bien? ¿Se arrepiente de algo?
Es cierto. He pensado y pienso mucho:
pensar nos mueve y nos conmueve. El pensamiento y el aire son invisibles pero
están ahí, necesarios para la vida. Y me he hecho muchas preguntas. He hecho
bien haberme sensibilizado y comprometido ideológicamente con los más
desfavorecidos. De joven milité en el PCE-Aragón cuando su Secretario General
era Vicente Cazcarra. Y las Juventudes Comunistas de
Aragón estaban lideradas por Violeta Ibáñez. Conservo dos carnets del Partido:
uno firmado por Dolores Ibárruri y otro por Carrillo. Cuando el PCE se alineó
con el eurocomunismo (Marchais, Berlinguer…), abandoné la militancia. Me
arrepiento de mis viejos radicalismos. Mi primera suegra –Josefina Marcellán-
me decía que “el que vive a todo llega”. Ya en la vejez regreso a lo sagrado, a
la religiosidad por el enigma, incluso por el miedo.
"En su interior más profundo, el
poeta está muy interesado en el compromiso con la Belleza, la Verdad, la
bondad, la soledad, la solidaridad…"
¿La literatura, en estos tiempos de
coronavirus, para qué nos puede servir?
La literatura, y todas las artes, nos
ayudan a sobrevivir, a sacarnos de este mundo tan bello y a la vez tan
miserable (como la condición humana) y transportarnos a la esfera de lo sagrado
donde el misterio es suprarreal, inefable.
¿Podrías recomendarnos cuatro o cinco
libros de poemas que le hayan marcado la vida?
‘Cántico espiritual’ y ‘Poesías, de San Juan de la Cruz; ‘Rimas’, de Bécquer; ‘La voz a ti debida’, de Pedro Salinas; ‘Veinte poemas de amor y una
canción desesperada’, de Neruda; ‘Vida de un hombre’, de Ungaretti; y poemas
concretos de Rosalía de Castro, Baudelaire, Salvatore Quasimodo, Dino Campana,
Jacobo Fijman, Montale y de los aragoneses Rosendo Tello Aína, Miguel Labordeta, Pinillos, Julio Antonio Gómez y
otros tantísimos genios poéticos.
POEMAS DE ÁNGEL GUINDA
---000---
CASAS
Una dentro de otra llevo puestas
las casas en las que viví.
El tiempo las había precintado.
La memoria es una llave maestra.
---000---
EL ESPEJO
Como un nido de nubes se posó
la noche en la cabeza de la amada.
Llevaba sobre el rostro un pañuelo de
bruma.
Parecían los cabellos racimos de uvas
negras.
Los iris dos coronas brillantísimas de
mar.
Su ausencia sigue siendo un espejo
embrujado.
Cuando me miro en él la veo a ella.
¡Blanca y azul como una isla griega!
---000---
REMEMORA tu llegada a esta casa. ¡Esta
casa que te
sobrevivirá!
Mira el techo, los balcones, las paredes,
el suelo, cada
rincón de ese cuarto más tuyo que tú
mismo.
Localiza las impregnaciones de tu voz, las
manchas que
aún conservan tus fluidos corporales; la
densidad del aire
cargado de presencias.
Tus bodas en llamas. La vida en llamas. La
muerte en
llamas.
Todo en ti ya quemándose. Tú ya en todo
quemado.
¡Pronto aquí otros mundos suplantarán tu
mundo!
---000---
TÁPATE LOS OJOS con las manos, como un
niño, para no
ver el mundo.
Busca las orillas del aire desde el balcón
de la lluvia.
¡Cultiva la serenidad! Vive austero.
Apartado de tanta
vanidad, de tanta codicia.
Como los mamíferos que habitan en los
árboles se alejan
de la pantera nebulosa.
Quédate en el dibujo del viaje cuando no
escuches el
camino de vuelta.
Hay quien cree porque tiene fe. Hay quien
cree porque
tiene miedo. ¡Cree!
¡Y olvídate de ti para ser tú con todos
los demás!
*De los poemarios 'Los deslumbramientos',
seguido de 'Recapitulaciones', que Ángel Guinda publica estos días en Olifante.
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