Luesia. Nuestro pueblo.
Un blog para los luesianos y las luesianas.
miércoles, 15 de mayo de 2024
Revista La Carracla. Números 42 y 43 Año 2022 y 2023
Verano 23. Acto de la Asociación de Luesia para la Recuperación de la Memoria histórica. SIMIEN. Algunas fotos que se expusieron.
20 DE AGOSTO 2023. Pabellón de Luesia. "La historia también la hicistéis vosotras."
Resumen del acto publicado por la Junta de Simien en el número 44 de la Revista La Carracla que edita la Asociación Cultural Fayanás del pueblo.
viernes, 23 de febrero de 2024
Félix Burguete García. De Luesia a la Resistencia.
FÉLIX BURGUETE GARCÍA. DE LUESIA A LA RESISTENCIA
Un día como hoy, el 22 de febrero de 1918, nacía Félix Burguete García en Luesia, Zaragoza. Tras el parto moriría su madre, Ángela. Cuando tenía 8 años se fue con su padre, Manuel, a vivir a Francia, en donde trabajarían más tarde en la construcción de carreteras.
En 1.933 ingresó en las Juventudes Comunistas francesas, y en 1935 en la CGT. En noviembre de 1936, por ser menor de edad, falsificó los papeles para poder cruzar la frontera. Combatió en el frente de Aragón con la 124ª Brigada Mixta, siendo herido por metralla cerca del corazón, trasladado a un hospital y, cuando le dieron en alta, pasó a realizar labores de intendencia en la provincia de Gerona. Ingresó en 1.937 en las JSU, y un poco después en el PCE.
Volvió a Francia por Figueras en febrero de 1939 y fue ingresado en el campo de Argèles. Salió al cabo de unos 15 días cuando su tío Rafael, le encontró en mitad de la multitud y le reclamó. Trabajó en la zona de Pau y se involucró activamente en la resistencia contra el régimen nazi. Fundó la "Mano de Obra Inmigrada" (MOI) y en 1941 llevaron a cabo uno de los primeros actos de resistencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Félix se unió al ejército francés hasta su derrota y, tras esta, colaboró con otros excombatientes españoles para crear un comité militar y organizar grupos guerrilleros. Llegó a ser jefe de la 9ª Brigada bis y participó en acciones militares, como el ataque a un autobús militar alemán cerca de su refugio en Pont-Long, la información fue facilitada por su tío Rafael.
Al disolverse las MOI y crearse Agrupación de Guerrilleros pasó a ser Jefe de la 9ª Brigada. Nada más producirse el desembarco contactó con los maquissards franceses para llegar a la unidad de acción con los españoles. Conseguido este objetivo, cuando se trasladaba al Col de Aspin para dar cuenta a José Cortés, responsable de la guerrilla del departamento, fue detenido por los alemanes. Pese al duro interrogatorio a que fue sometido, no le sacaron ninguna palabra ni le identificaron, siendo internado en la sección alemana de la prisión de Saint Michel, Toulouse y de allí a la de Burdeos, hasta que fue internado en el campo de Vernet d’Ariege.
A finales de junio de 1944, con la retirada nazi en marcha, el campo de Le Vernet fue disuelto y sus 403 prisioneros, incluyendo 260 republicanos y 60 mujeres, fueron trasladados a Toulouse. Allí se les unió un grupo de presos de otras cárceles y formaron un convoy de 750 personas conocido como el "Tren Fantasma".
El tren partió hacia Alemania el 3 de julio, pero el avance aliado y la acción de la Resistencia francesa convirtieron el viaje en un calvario. El tren fue ametrallado, los prisioneros soportaron hambre y sed, y algunos fueron fusilados por intentar escapar. Tras 28 días de viaje caótico y terrorífico, el tren llegó a Burdeos, donde los prisioneros fueron encerrados en una sinagoga.
El 9 de agosto, el tren reanudó su marcha con 160 prisioneros más, llegando a Roquemaure, donde el puente había sido volado. Los prisioneros, extenuados por el viaje y el calor, tuvieron que caminar 18 km hasta la siguiente estación. Algunos, como Félix Burguete, aprovecharon la ocasión para escapar.
Los que no lo consiguieron llegaron al campo de Dachau el 28 de agosto, mientras que las mujeres fueron enviadas a Ravensbruck. De los 31 aragoneses que viajaban en el tren, 9 murieron en los campos nazis, 8 escaparon durante el viaje, 13 fueron liberados por los aliados y 1 mujer desapareció. Solo 50 deportados de este convoy a Dachau lograron sobrevivir.
Félix Burguete, tras su fuga, se convirtió en responsable del PC en Montauban, donde coordinó la lucha antifascista con los comunistas franceses y otras asociaciones. Finalmente, contactó con los maquisards franceses para unificar la lucha contra el enemigo común.
Durante las operaciones de apoyo a la infiltración en el Valle de Arán entró como Jefe de un Batallón de la Xª Brigada por la parte más occidental de Navarra, con el grado de comandante. Desde sus bases de Kanbo y Salies de Bearn se trasladaron a la zona de Sara y penetraron por Bera (Navarra). Llegaron sin encontrar resistencia hasta el Bidasoa, pero tras vadearlo sufrieron muchas bajas.
Cruzó la frontera por Figueras en julio de 1945 y se reunió con un compañero del partido en Barcelona. Acordaron verse en Madrid para que Burguete contactara con la dirección del PCE. Una vez allí vivió unos días en un hotel y después en varios pisos, hasta que se produjo el encuentro, donde le comunicaron que pasaría a formar parte de la Comisión Político Militar del Comité Regional de Madrid. Su labor sería la de enterarse de los elementos militares que están encuadrados en el partido comunista. En noviembre del 45 pasaron a formar parte de la Junta Político Militar.
El 18 de marzo de 1946, agentes de la Brigada de Información de la Dirección General de Policía entraron en la carpintería, donde quedaban, siendo detenidos Carbonell (su propietario), Félix Burguete y Ambrosio Gómez. En la redada hubo 25 detenidos por estar involucrados en la organización del sector 3ª del PCE en Madrid. El día 2 de abril, Félix ingresó en la Prisión Central de Alcalá de Henares, procedente de la Dirección General de Seguridad en Madrid. Aquí declara ante el Capitán General de la Región la incompetencia de jurisdicción del Juzgado Militar al considerar que sus delitos son de índole civil y lo trasladan al Reformatorio de Adultos de Ocaña.
Finalmente, fue juzgado en procedimiento sumarísimo por rebelión militar, y condenado el 2 de julio del 48 a 30 años de prisión. El fiscal militar le pedía la pena de muerte. La pena debía quedar extinguido el 10 de marzo de 1976. Después, ingresa en la Prisión Central de Burgos.
A través de sus familiares obtuvieron la mediación del obispo de Bayona, quien consiguió que le fuera conmutada la pena de muerte por la de 30 años de prisión. El 11 de octubre es puesto en libertad. Fija su residencia en la de Amparo Marcellán en Zaragoza, y el 11 de febrero de 1964 se le concede el licenciamiento definitivo.
Tras su salida de la cárcel en 1.959, Félix Burguete seguiría militando en el PCE. Volvió a vivir a Francia, donde prosiguió con su labor política y vivió con su compañera Margarita, a la que conoció como trabajadora del penal de Burgos, más tarde nacería su hijo José Manuel. Finalmente, se dio de baja del partido por no compartir la política desarrollada por la dirección.
Félix murió en 1.979 en Pau, Pirineos Atlánticos, Aquitania, Francia.
Fuentes: “Cuando los Maquis” Luis Pérez Berasaluce (https://www.cuandolosmaquis.com/2024/01/04/felix-burguete-garcia-biografia-por-luis-perez-de-berasaluce-e-ivan-qiroga-lopez/); *Itinerarios e identidades. Republicanos aragoneses deportados en los campos nazis" Juan Manuel Calvo Gascón; https://www.martinez-quirce.fr/dachau?btm_medium=email&btm_source=notifications&trck=notif-12698580-2029377-12ird; http://www.lesdeportesdutrainfantome.org/index.htm; https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2019/08/18/los-aragoneses-del-tren-fantasma-1329736.html; Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca); “Rojos: la gesta de los guerrilleros españoles en Francia” Jean Ortiz.
jueves, 29 de septiembre de 2022
Félix Longás Lafuente.
miércoles, 14 de septiembre de 2022
miércoles, 7 de septiembre de 2022
lunes, 5 de septiembre de 2022
ABILIO FERRER EZQUERRA
Carmelo Bernal Mena.
02.09.2022. Barrio de La Llana (Ejea). Gentes de Luesia. Carmelo Bernal Mena. Nacido en Luesia en 1960, en el popular barrio de El Rincón. Luego vivió en la calle del Hospital, otro rincón. Hijo de Pedro y de Puri. Su padre Pedro era de Casa Castejonero y su madre Puri, de Casa La Pancha. Es el tercero de seis hermanos: Mateo, Fernando (+), Carmelo, Josefina, Asunción y Rosa. Nació como tantos y tantos de nosotros/tras en una familia humilde y trabajadora que siempre lucharía por sacar a los hijos/jas adelante lo mejor posible. Carmelo recuerda una niñez feliz y sin problemas. Le tocó vivir los años 60, tiempo de carestía y de subsistencia porque el dinero era escasísimo. No se pasaba hambre pero no sobraba de nada. Se sabía vivir con muy poco, con lo imprescindible y había que conformarse con lo que había. Recuerda su infancia "disfrutando" del Arba por las "recuejas" del Corral Blanco pescando “a mano” o a pedradas, las ranas, culebras, madrillas y barbos; cogiendo huevos y crías de los nidos, cazando conejos… En los pozos del Arba, aprendió a nadar. Usaban poca ropa porque iban todo el día medio desnudos y hasta “en chinchetas”. En las casetas del ARBA muchas familias vivían desde finales de junio hasta primeros de septiembre, la “vispra” de las fiestas. La caseta era a la vez y en el mismo espacio: la cocina, la despensa, el salón y los dormitorios. El water se pueden imaginar donde estaba: en el monte. En la caseta se guisaba con fuego de leña, se comía y se dormía encima de la paja, sobre un mandil y con una manta. A muchas familias de Luesia, igual que a la familia Bernal-Mena, nos tocó vivir en el monte, en casetas, pardinas, barreras y corrales en tiempos veraniegos de siega y trilla. Y había buena relación y solidaridad de unas familias con otras ayudándose unos a otros en lo que hiciera falta, compartiendo lo poco que había, dejándose una caballería... Desayunaba todos los días leche de cabra con remojones de pan duro, que su madre hacía en una caldereta o sartén. Para almorzar jamón o chullas de témpano blanco de tocino. La comida de cada día era la misma: buen rancho de conejo y de postre cerezas o cascabeles. Comer pollo era excepcional. Se comía en el suelo formando un corro alrededor de la sartén, dentro de la caseta o en la sombra que daba, sentados en zoques de carrasca o de chopo. Para merendar, buena ensalada y algo de conserva en aceite de cerdo como lomo, costilla, o longaniza. Y cenar… alguna fritada, huevos y una sartén de patatas fritas. El menú cambiaba poco de un día a otro. Y qué bueno estaba todo… porque no había nada que no nos gustara. Carmelo recuerda su infancia con cariño y dignidad. No la olvida. “Éramos felices a nuestra manera”… porque las necesidades eran mínimas, básicas y centradas en la alimentación de cada día. Las "recuejas" eran costosas de trabajar porque tenían muchos ruejos pero proporcionaban frutas, verduras, hortalizas variadas, patatas, maíz y remolacha para los animales... las gallinas huevos bien frescos y naturales, el monte conejos... Todas semanas había que ir al pueblo con el burro Moroto y la carreta a buscar el “companaje”, especialmente pan, algo de carne o conserva, vino y alguna gaseosa en polvo. Los pollos los bajaban del pueblo en cajones para ir matándolos poco a poco. Después de segar, los dejaban en los rastrojos para que “respigaran” las espigas de ordio, cebada, centeno o trigo. Por la noche, para que no se los comieran los rabosos los pollos se echaban a lo alto, y volaban a las ramas de la carrasca donde dormían seguros. A Carmelo le tocaron todos los trabajos propios del campo y sabe hacer de todo: picar, segar, dar gavillas, trillar, sembrar judías, entrecavar, regar, achotar... y recuerda de bajar a Biota para vender judías secas, cerezas y cascabeles… en las "argaderas" y capazo de mimbre con el que cargaban al burro Maroto, aparejado con una vieja albarda. Carmelo también trabajó en los montes de Luesia, en ICONA, haciendo hoyos, plantando pinos y limpiando la maleza. Se enamoró de Marisa en Ejea. Es la mujer de su vida. Emigra de Luesia con la familia de ella buscando trabajo. Lo encuentró en la construcción como maquinista de excavadoras. Se compraron casa en Ejea y vuelven para casarse. Tenía 27 años. Se casó en Santa María e hicieron un lunch en el Casino de Ejea. Marisa y Carmelo se fueron de viaje de novios a Galicia, con su flamante Seat 127 blanco, pero eso sí, en tienda de campaña. Tiene que volver a trabajar a Luesia de peón de albañil con Víctor Sabalza, haciendo nichos en el cementerio. Marisa, su mujer, enseña a las mujeres de Luesia corte y confección. En Ejea le sale trabajo en una finca como granjero y tractorista. Cobra poco para poder vivir, criar a los hijos y pagar la casa de La Llana. Con el tiempo, pudo dejar la finca para trabajar como hornero, en la Tejería Cerámicas Laborda. Como cierra la tejería, le toca cambiar otra vez de trabajo. Ahora se dedicará manipular sacas de lana de oveja para clasificarla en negra, pelo fino, pelo largo y entrefina. Las pacas de 400 k las exportan a la India, Bombay, Francia, Polonia, Portugal... donde en grandes lavaderos las teñían para hacer los ovillos de hilos en la industria textil. Carmelo también ha trabajado mucho. Fueron años iniciales duros sin vacaciones, fiestas ni horarios. Nadie le ha regalado nada. Se ha defendido muy bien en la vida. Enhorabuena. Ahora ya está jubilado. Se siente orgulloso de atender a su hermano Mateo, que lo necesita. Tiene huerto junto al ARBA donde cría de todo, pero ahora en Ejea y no en el Corral Blanco; una viña en El Bayo y abejas en Luesia, en los Rincones del Rey. Elabora y embota de todo: miel, tomate, pimiento, acelga, borraja, cardo... Y le queda tiempo de hacerse 3000 metros en la piscina climatizada de Ejea sin ruejos, ranas ni barbos… pero los pozos del Arba no los ha olvidado. Ya tiene un nieto de su hija Carmen que está de maestra en Benasque. Su hijo David está en Holanda trabando de mantenimiento. Carmelo, su mujer Marisa, su suegro, su hermano Mateo... son una familia feliz que viven en La Llana (Ejea). Carmelo: para mí, eres un enorme luesiano. Gracias por dejarme bucear un poco en tu vida privada. Carmelo Bernal Mena, uno de los hijos de Puri y Pedro. Gentes de Luesia. La vida de esta familia es similar a la de muchas otras que también vivieron en las casetas y recuejas del Arba y en corrales y barreras del monte bajo de Luesia y en el monte alto de Fayanás. Nuestro respeto, cariño y homenaje para todos y todas porque supieron vivir con dignidad en tiempos difíciles y complicados, del que podemos aprender… y mucho. (Alfonso Cortés Alegre)